jueves, 21 de febrero de 2008

Curso de ética ajedrecística. Consideraciones previas inexcusables (I)

Curso de ética ajedrecística
Consideraciones previas inexcusables (I)

La adquisición de hábitos ajedrecísticos.
Una cuestión muy conocida en el ámbito de la educación, gracias a los estudios de la psicología evolutiva, es el hecho de que el aprendizaje de cualquier disciplina no se limita a la adquisición de conocimientos conceptuales, sino que también consta del aprendizaje de contenidos procedimientales y actitudinales.
La necesidad de adquirir conocimiento acerca de los conceptos de la materia tratada es evidente y constituye el ámbito del saber del que toda persona es más consciente, aunque con demasiada frecuencia se comete el error de considerarlo el único.
La importancia de la adquisición de destrezas, habilidades y técnicas para construir el conocimiento de una materia está seguramente más asumida por los ajedrecistas que por los estudiantes, al menos de unos años a esta parte. No resulta difícil entender la importancia del empleo de distintas técnicas para desarrollar habilidades como pudiera ser, por poner un ejemplo sencillo, el análisis con tiempo limitado de problemas de táctica para desarrollar la capacidad de análisis y habituarse a los temas tácticos típicos (es también una cuestión conocida en psicología cognitiva que la capacidad intelectual de una persona muestra un rendimiento más elevado en cuestiones con las que está familiarizado). O el análisis de las propias partidas.
Al respecto de esta cuestión había una gran carencia cuando la mayor parte de nosotros empezábamos a disputar torneos. Afortunadamente, aunque nos haya llegado demasiado tarde a algunos de nosotros, ha habido un gran avance durante los últimos años a este respecto en España. La estructuración y especialización del Comité Técnico de Entrenadores y Monitores impulsado desde la FEDA durante los últimos ocho años, de la mano del menorquín Pepe Suárez, ha permitido formar un cuerpo de entrenadores con unas garantías mínimas de conocimiento de su actividad.
Desgraciadamente, a nivel autonómico no siempre se ha aprovechado este tirón y son muchas las Comunidades Autónomas en las que la formación de los monitores de base, que entra en el ámbito de su competencia, es muy deficiente cuando no inexistente. En Navarra se vislumbró una esperanzadora luz en medio de la oscura y larga noche cuando se logró un acuerdo con el INDJ para que Jesús de la Villa se hiciera cargo del entrenamiento de determinados jugadores (de manera simultanea a su labor en el club Oberena), pero da la sensación de que se ha ido perdiendo ese impulso, que la labor que se desarrolla no se hace de una manera lo suficientemente organizada y que la labor de los monitores de base, fundamental, carece de la preparación técnica y didáctica adecuada.

Los conocimientos actitudinales, ese gran desconocido, cuando no despreciado, con frecuencia no van mucho más allá de los documentos organizativos en el ámbito de la educación. En el caso del ajedrez, ni eso.
La sensación de que se ha pasado de aquello de que "la letra, con sangre entra" al "todo vale", en unos casos con mejores intenciones que otros, resulta demasiado similar a la realidad social que padecemos en otros ámbitos. Creo que no estaría de más que hiciéramos algo por evitar que el ajedrez también se convierta en una actividad de tontos útiles incapaces de razonar, que convierten en su ética las proclamas sensacionalistas que les inculcan mediante propaganda chabacana y que elevan al grado de verdad inmutable las manifestaciones vácuas y sintácticamente subnormales del político que más gracia le hace, sin ni siquiera saber indicar un solo motivo coherente que justifique esa simpatía.

Educación para la ciudadanía... ajedrecística.
Aprovechando que el Runa pasa por Pompaelo y en relación con lo anterior, sirva también este epígrafe para denunciar el poco rigor educativo de la asignatura de marras... sin dar pie con ello a que pretenda apuntarse un tanto la caverna, que en la práctica de su demencial cerrazón, la rechaza precisamente por sus loables principios en lugar de por sus carencias técnicas desde el punto de vista educativo.
Está claro que a comportarse adecuadamente en un determinado ambiente se aprende viviéndo en él, preferentemente bajo las directrices, indicaciones, recomendaciones y tirones de oreja de quienes lo forman: no aprendiendo de memoria cuáles deberían ser los comportamientos a desarrollar en ese ambiente. Este es el motivo por el que este tipo de cuestiones se han abordado en el ámbito educativo desde los llamados "contenidos transversales", cuestiones tratadas a lo largo y ancho de todas las materias pero sin constituir una a tratar en sí misma.
De la misma manera que no resulta coherente disertar en un aula sobre el respeto a la naturaleza durante cierto tiempo mientras se derrocha papel en ella durante todo el año, o mientras se pone el aire acondicionado a todas horas y con la ventana abierta, no tiene mucho sentido que hablemos aquí de cómo comportarnos en la práctica del ajedrez con la intención de lograr con ello una especie de conversión milagrosa a las buenas formas.
No puede admirarse la naturaleza y respetarla sin saber formar parte de ella, sin visitarla y aprender a comportarnos respetuosamente en ese entorno, sin saber qué hacer para que los animales no se sientan molestados y así poder llegar a observar su belleza. Análogamente, no llegaremos a comprender totalmente las situaciones ajedrecísticas que comentemos hasta que las vivamos conscientemente y con interés, reparando voluntariamente en las circunstancias que las envuelven y esforzándonos por obrar correctamente. Ojalá estas intervenciones puedan servir al menos para que recordemos que debemos poner atención en cómo hacemos las cosas, que no basta con hacerlas o no.
Así pues, a falta de una mayor convivencia ajedrecística runera y a la vista de la degradación de la que se padece en el ajedrez navarro en muchos aspectos, bien pudieran servir estas líneas para acercarnos a cómo hacer las cosas con la corrección y elegancia debidas, pero con la firmeza necesaria en la reclamación de nuestros derechos.

Usted elige
Claro está, siempre se dispone de la posibilidad de prescindir de cualquier tipo de consideración al respecto de estas cuestiones. No se corte.
Memorice los "informator", no pierda el tiempo con la pesadez de analizar partidas. Recite mentalmente variantes en lugar de hacer caso de los razonamientos de quienes pierden el tiempo analizando las características de la posición, buscando los planes que se adecuán a ella y pretendiendo saber el por qué de las jugadas.
No renuncie a ser original y dejarse notar: anuncie banderas en partidas relámpago, ríase de quien acabe de perder, fume con aire distraído durante la partida contra su rival asmático, evite ducharse el día anterior a la partida; reclame tablas a gritos sin alegar motivos, exija un cuidado boletín de torneo tras apuntar de manera tan ilegible como errónea la planilla que ni siquiera entrega si no es requerido por el árbitro para hacerlo, esfuércese en dejar la puerta de la sala de juego abierta cada vez que vaya al servicio para que el ruido del pasillo moleste a su rival y no dude en referirse a él como "el gilipollas ese". No tardará en disfrutar de una merecida popularidad.
Es más: no dude en culpar al gobierno de su escasa capacidad de cálculo por haber sido víctima de un mal diseño educativo, su holgazanería evitando ejercitarse con análisis de posiciones como simples problemas no tiene nada que ver; atribuya su desconocimiento estratégico a las deficiencias de la literatura especializada, que el hecho de tener todas las ediciones de la enciclopedia yugoslava y cientos de bases de datos, pero jamás haber pagado por un libro que comente ideas es intrascendente; denuncie sin piedad a las editoriales por no publicar en castellano los libros interesantes, que los que hay tampoco los compra porque sólo se los publican a los amiguetes, sin duda fieros integrantes del complot judeomasónico y pagados con el oro de Moscú.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo que decir que no he podido leerlo de un tirón. Luego vuelvo a intentarlo.

Iñaki S. dijo...

Suscribo todo lo expueston, pero estoy de acuerdo con Spassky. Te has pasado resumiendo, no tengas miedo a extenderte.

Beleg Cuthalion dijo...

Tomo nota y procuraré ser menos esquemático las próximas veces :-)

De todas maneras, si nadie me discute lo que digo resulta más aburrido. Pero tranquilos, que la próxima entrega ya viene con alusiones al reglamento, aunque generales. Para los casos concretos tendréis que esperar a la siguiente.

Anónimo dijo...

¡Joé como aguante el blog éste! Pensaba que iba a estar “caído” al no poder aguantar tanta verdad en tan pocos párrafos.

Armado de valor, y con la mente despejada, he conseguido engarzar las palabras sin mayor problema. Ayer debía estar algo espesito. Ya lo siento, amigo Beleg.

El tema se torna apasionante, no tanto por la “transversalidad” de lo relatado (que también), sino más bien porque vamos (y lo digo en plural) a tratar hechos que se han convertido en cotidianos dentro del mundillo del ajedrez navarro. Y es que en nuestros tiempos mozos no ocurría esta desidia de talante, o al menos, no nos enterábamos por aquellos de la lozanía y puerilidad. Aunque puede ser que no lo recuerde dado el galopante avance del Alzheimer.

El ambiente se ha enrarecido a todos los niveles sociales, y el ajedrez no iba a ser menos, especialmente en esta nuestra amada Foralidad, culo de lo mundano y de lo espiritual. Aunque leyendo por ahí, me parece que en todos lados cuecen habas. Quizás Pako nos pueda comentar también algo desde Levante.

Para finalizar, no me importaría ir unas cuantas veces más al kiosco para completar la colección. Casi no llego a casa con esta entrega. Por cierto, ¿cuándo salen las tapas?

Anónimo dijo...

Iba a releerlo, pero creo que necesito una siesta. No vaya a ser que postee algo incongruente.

(off topic) Que rico estaba el patxaran!

Anónimo dijo...

Abundando, el saber comportarse, como el dejar de fumar, o mejorar en ajedrez, lleva su tiempo y un esfuerzo importante, generalmente sin recompensa inmediata (lo más valorado en estos tiempos) y rara vez apreciado por los demás; esto no debiera importar, ya que a la larga el esfuerzo se hace hábito y ya no lo es tanto, por no hablar de la recompensa a la larga (dicen).
No obstante en el panorama navarro parece que en muchos casos el mejorar, el jugar a un buen nivel, está mal visto y a menudo se hace de este tipo de jugadores blanco de críticas (son diferentes).
A su vez muchos de los jugadores que superan en nivel a gran parte de la media (sin ser "la de Dios")
pecan de un trato despectivo y a veces insultante (ver foros varios) hacia el resto de jugadores, sean mejores o peores que ellos.
En fin, la calidad del juego se convierte en causa suficiente para juzgar o ser juzgados y excusa para comportarse como a uno le de la gana, tanto para los "buenos jugadores", como para los "jugadores malos".
P.S. Yo, con esta primera entrega regalo el alfil blanco de casillas negras y un paquete de pañuelos de papel, para la derrotas.

Santxikorrota dijo...

Dos cosas para empezar.

1. Tenemos que mirar a nuestro ombligo si queremos crecer en cualquier apartado de la vida.

2. Tenemos que querer querernos si pretendemos avanzar con la frente alta en nuestro devenir.

Dicho lo cual, que realmente me ha salido bastante grandilocuente, terciaré un poco sobre lo dicho hasta el momento.

Beleg: “A quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”
Iñaki: “La verdad es hija del tiempo”
Spassky: “El que algo quiere, algo le cuesta”
Zarkovsi: “La fortuna de la fea, la bonita la desea”

Y para finalizar, una frasecita de Khalil Gibran: “El silencio del envidioso está lleno de ruidos”.

Beleg Cuthalion dijo...

Aunque resulte un poco tarde, pero por si acaso, aclaro que lo de la "ética" es una simple referencia al "Curso de ética periodística" del CQC original, por aquello de la estructura en la exposición.

Dicho esto, esta semana, empezaremos a hablar del gobierno, digo del reglamento. Por fin.

¿Dónde jugar cafetero?

Aquí iremos actualizando el listado de bares con tablero. Para enriquecer el mismo puedes hacer un comentario en dicha entrada. Gracias de antemano por tu colaboración.

- Bar Terminal. Calderería, 19. Pamplona (los jueves hay concierto)
- Bar Garazi. Calderería, 36. Pamplona (no hay mucha luz)
- Nuevo Casino Principal. Pza. Castillo, 44. Pamplona (muy tranquilo)
- Bar Atalaya. Ctra. Tajonar, 23. Pamplona (cerca de José Vila)
- Billares Liverpool. Iturralde y Suit, 7. Pamplona (entre carambolas)