sábado, 10 de octubre de 2009

Psicologia de algunos errores tipicos del ajedrecista (1ª parte)

Vamos a tocar algo puramente de ajedrez, ya que, seguramente, a alguno de nuestros seguidores todas estas intrigas soterradas de palacio no les importa demasiado (o les da mucho asco).

Buceando por la red he encontrado este artículo de María de Las Nieves Morales Cardoso, Licenciada en Psicología. Lo trasnscribo a continuación para deleite del respetable.

P.D.: No importa que no hagáis comentarios a esta entrada. No hay mierda que revolver y si mucho trabajo personal. ¡A centrarse y no perder el tiempo! 2ª parte, 3ª parte


INTRODUCCIÓN

Decía muy acertadamente Voltaire:

"La mentira, a diferencia de la verdad, tiene una ventaja: se presenta de múltiples formas, mientras que la verdad, sólo de una."

Esta frase del gran escritor y filósofo francés del siglo XVIII es perfectamente aplicable a la lucha ajedrecística, encontrar la verdad en la partida de ajedrez es una tarea sumamente compleja tanto más el proceso intelectual a seguir para la búsqueda de esa verdad no ha sido suficientemente estudiado. Existen múltiples géneros de la literatura ajedrecística: manuales de apertura, tratado del medio juego y final, compilaciones de partidas selectas de grandes jugadores, etc. Sin embargo, escasean aquellos trabajos dedicados a un análisis riguroso del proceso del pensamiento a través del cual el ajedrecista hace uso de todos sus conocimientos y arsenal técnico. Esto sucede a pesar de que para cualquier maestro está clara la necesidad de establecer los defectos típicos de la actividad intelectual en el transcurso de la partida y de hallar procedimientos que aumenten su efectividad y disminuyan el número de errores.

Con lo anterior no queremos negar el valor pedagógico del error para el perfeccionamiento del ajedrecista. El aforismo de Tartakower: "En ajedrez sólo se aprende de los errores" es indiscutible, pero ¿es forzoso aprender sólo de nuestros propios errores? También podemos aprender de los ajenos. Y este es el propósito del presente trabajo; con él pretendemos poner en guardia a prácticos y pedagogos contra aquellos errores de orden psicológico que se repiten con más frecuencia en la práctica ajedrecística.


CONSIDERACIONES GENERALES ACERCA DEL ERROR Y SUS CAUSAS

"La partida de ajedrez ‑como planteó Tartakower‑ es decidida por un error. Claro que no es lo mismo de quién, si del contrario o de uno." El ajedrez es a menudo un juego cruel, la alegría del triunfo va contigua a la amargura del fracaso y es fundamental asumir el mismo buscando en nosotros las causas. No pocas veces el ajedrecista que ha sufrido una derrota riñe con la casualidad. Él mismo no entiende porqué ha cometido un error tal, si había jugado tan bien la parte principal de la partida. Había sostenido tan correctamente la lucha posicional, y no se había quejado tampoco de los aspectos tácticos. Este jugador por lo general termina atribuyendo su derrota a una mala pasada del azar. Pero los errores son casuales sólo en apariencia; en realidad ellos siempre están vinculados a las complejas exigencias psicológicas que el ajedrez plantea a quienes lo practican.

En el pensamiento ajedrecístico se entremezclan las consideraciones generales de orden posicional con elementos del cálculo concreto, y la habilidad para encontrar el justo medio entre estos aspectos y para recordar el papel de cada uno de ellos en un momento determinado de la lucha es el patrón por el que se mide la fuerza del jugador. Al sobreestimar el rol que desempeñan los elementos tácticos, se cometen con frecuencia errores ligados al concepto estratégico de la posición. Por otra parte, un exagerado respeto a las leyes generales o un juego basado únicamente en ellas, a menudo da origen a errores tácticos.

Las valoraciones generales y el cálculo de variantes no son elementos abstractos, sino que determinan la elección de cada jugada. En la partida ellos se unen formando una trama compleja que se dificulta aún más en función de las características psicológicas del jugador. No debemos olvidar que cualquier actividad cognoscitiva está condicionada por tres factores:

1. Por el objeto del conocimiento
2. Por el propio proceso de obtención del conocimiento
3. Por el sujeto del conocimiento

Estos aspectos están indisolublemente ligados, en este sentido el proceso de pensamiento durante la partida varía en función del nivel de elaboración individual que del juego ha construido el sujeto, o sea, de su estructuración particular de aquellos contenidos y conocimientos que le permiten orientarse y decidir en una posición. La elaboración a que nos referimos está fuertemente matizada por la personalidad del jugador en cuestión.

Como bien estima Emmanuel Lasker, el ajedrez es ante todo, una lucha entre dos personalidades. Tras la vida de las piezas está el ser humano concreto, y no podemos comprender los secretos de la lucha ajedrecística si prescindimos de la psicología, las inclinaciones y el carácter del hombre inmerso en esta lucha, en la cual el intelecto se manifiesta como un componente entre otros. Es el individuo como personalidad quien analiza, elabora planes, calcula variantes, se defiende o ataca, y también quien se equivoca y pierde.

Todo ajedrecista comete errores. En las partidas entre principiantes la "falta de información" conduce a equivocaciones tan graves que cada una de ellas bastaría para decidir inmediatamente el resultado de la contienda. Claro que muchas veces el adversario no los aprovecha y la partida continúa.

Las partidas entre jugadores experimentados tienen características diferentes. Generalmente en ellas el error no es consecuencia forzosa de la complejidad objetiva de la situación, sino mayormente de la indebida postura del jugador ante ésta. Incluso en aquellas posiciones más difíciles objetivamente, los factores psicológicos tienen también un peso importante en la comisión del error.

Pongamos por ejemplo aquellas posiciones donde es obligado pasar a una defensa pasiva, sin posibilidades de contraataque, y donde la práctica ha demostrado que son especialmente vulnerables aquellos jugadores de más alto nivel. Es evidente que estas posiciones son objetivamente difíciles de manejar, y aún cuando el análisis permite demostrar que la situación es sostenible, la necesidad de encontrar paso a paso jugadas individuales conlleva una alta probabilidad de error.

Pero ésta no es la única causa; muchas veces el error se produce cuando las dificultades principales ya han sido salvadas. Sucede que en la actualidad gran parte de los ajedrecistas de alto nivel están acostumbrados a desarrollar el juego de forma tal que posean la iniciativa. Producto de ello, la dificultad psicológica que implica la defensa pasiva conduce a un gran desgaste de las fuerzas del defensor, quien frecuentemente termina por equivocarse.

En este trabajo no abordaremos aquellos errores que se producen por desconocimiento o inexperiencia; tampoco los ocasionados por estímulos adicionales como la falta de tiempo. Nuestro tema es el error de orden psicológico, que se debe fundamentalmente a los hábitos, el carácter o la personalidad del hombre.


LOS ERRORES DE ORDEN PSICOLÓGICO. SU CLASIFICACIÓN Y ANÁLISIS

Es obvio que en las partidas de ajedrez entre jugadores experimentados, detrás de cualquier error encontramos un defecto en el proceso de pensamiento. ¿Y detrás de ese defecto, qué hay? Impulsividad, negligencia, excesivo optimismo, sobreestimación de las propios posibilidades, inseguridad, etc. Cualquiera de estos factores, e incluso muchos otros, pudieran constituir la base psicológica del error. Una clasificación que aborde exhaustivamente todos y cada uno de ellos sería demasiado extensa para el presente trabajo, por eso decidimos reunir los errores típicos más importantes en dos grupos fundamentales:

Grupo I: Incluimos aquí aquellos errores que son provocados en general por una insuficiente disciplina interna del ajedrecista.
Grupo II: En este grupo aparecen los errores vinculados más directamente a ciertas peculiaridades de la personalidad del jugador.

Analicemos ahora algunas posiciones que ejemplifican los errores a que nos referimos.

Errores típicos del Grupo I

a. La casilla desaparecida

No sólo los principiantes cometen errores graves. También a veces lo hacen los maestros, pero por causas totalmente diferentes. Frecuentemente el error se produce a causa de que ante nuestra vista se hallan el tablero y las piezas. Para calcular una variante es necesario apartarse con el pensamiento de la posición que se halla sobre el tablero y representarse mentalmente una nueva posición, resultante luego de una serie de jugadas de ambos bandos. Si se transfieren íntegramente a esa representación las características de la posición de partida, entonces ésta no ayuda, sino que entorpece el análisis. El Gran Maestro y Doctor en Psicología Nikolai Krogius le llama a este defecto imagen residual, pero Ilin Shenevski ya hablaba de tales casos en el año 1928.



En esta posición las blancas tienen un ataque decisivo. Continuaron 1.Af7 Rf8, 2.Dh6 Rxf7, 3.Tf6 Rg8 y ahora es el negro quien tiene ventaja. Al calcular la variante, las blancas habían contado sólo con 3... Re8 4.Df8 Rd7, 5.Dg7 seguido de 6.Tf8#.

¿Porqué las blancas no advirtieron la simple jugada 3... Rg8? El propio Ilin Shenevski explica que al calcular la combinación se le figuró que el rey no podía ir a g8, pues en la posición inicial esa casilla es atacada por dos piezas (la dama de g5 y el alfil de b3).

b. La pieza olvidada

En ocasiones sucede que las operaciones en un sector del tablero, cautivan de tal modo la atención del ajedrecista que éste centra totalmente su atención en las piezas que toman parte directa en las amenazas y sus repercusiones. En cambio parece como si se borraran de la mente aquellas piezas situadas lejos del sector donde se desarrolla la lucha.

Esta "estrechez de la atención", según le llama Krogius, limita la amplitud del pensamiento y hace que se cometan errores. Un curioso ejemplo sobre el tema de "la pieza olvidada" nos ofrece el maestro A. Zaitzev.


Esta posición se produjo en dos partidas de Zaitzev en un torneo temático por correspondencia. Ambos adversarios que jugaban con las negras continuaron 19... Ch4+??, sin advertir que después de 20.Axh4 pierde la pieza. Dos años más tarde, en un torneo internacional, Zaitzev enfrenta con piezas blancas a Hellbig, el representante de la entonces RDA. Se produce la misma posición y ¿cuál creen que fue la jugada de Hellbig? Pues 19... Ch4+??

c. La jugada natural

"Jamás hemos de ceder al encanto aparente de las jugadas naturales", escribió en su tiempo el campeón mundial Alexander Alekhine. Todos los manuales de ajedrez para principiantes advierten sobre el peligro de las jugadas que saltan a la vista, sin embargo, miles de aficionados de diversas fuerzas capturan o defienden mecánicamente piezas atacadas, olvidando que a veces estas respuestas no son nada ventajosas.

Pero también los maestros incurren en errores de este tipo, continuación un ejemplo que ilustra cómo una excesiva confianza en las jugadas naturales de desarrollo, que permiten movilizar las piezas, puede contribuir a que el adversario se apodere de la iniciativa.


En esta posición tocaba el turno a las blancas. Jugaron 1.The1? La única pieza blanca que faltaba por desarrollar, se pone en juego. Y, no obstante esto es un error.

1... Axg3! 2. hxg3 c5!

Inesperadamente las blancas se encuentran en dificultades. Las negras amenazan 3... c4 ganando una pieza y también 3... cxd4.

3.Da5 c4 4.Aa4 Td5 5.Db4 Dd6

Después del cambio de la dama, el alfil de a4 sigue amenazado y sin ninguna retirada.

6.Dxd6 Txd6 7.b3

La jugada 7.Ab5 no salva la pieza debido a 7... a6

7... Cd5!

También es posible 7... Cxa4 8.bxa4 Ta6, pero la jugada del texto es más fuerte. Después de 8.Td2 c3 9.Tde2 a6 10.b4 b5 11.Ab3 Cxb4 12.Te3 Tc8 las negras no tardaron en ganar la partida.

De esta forma una "buena" jugada de desarrollo, llevó a las blancas al deterioro total de su posición.


Psicologia de algunos errores tipicos del ajedrecista, 2ª parte, 3ª parte.

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¿Dónde jugar cafetero?

Aquí iremos actualizando el listado de bares con tablero. Para enriquecer el mismo puedes hacer un comentario en dicha entrada. Gracias de antemano por tu colaboración.

- Bar Terminal. Calderería, 19. Pamplona (los jueves hay concierto)
- Bar Garazi. Calderería, 36. Pamplona (no hay mucha luz)
- Nuevo Casino Principal. Pza. Castillo, 44. Pamplona (muy tranquilo)
- Bar Atalaya. Ctra. Tajonar, 23. Pamplona (cerca de José Vila)
- Billares Liverpool. Iturralde y Suit, 7. Pamplona (entre carambolas)