Runa Lakora-San Juan B: 3,5-0,5

Tarde primaveral de las buenas. Gran ambiente en el Casco Viejo. Numerosos eventos se agolpaban en torno a la Nabarreria, donde la climatología se encargo de invitar a la fiesta a paisanos de toda clase y edad.

Comenzaba la Semana del Pintxo, con sabrosas degustaciones en los diversos establecimientos adscritos y que a más de uno dejará notables sabores en el paladar, a la par que diezmará los maltrechos bolsillos de monedas y billetes.

Jumelage internacional de grupos folklóricos, que aunaban al Zanpantzar, txarangas, fanfarres, personajes del carnaval (Momotxorro y compañía asustaban al personal en sus idas y venidas por las calles abarrotadas) y dantzaris venidos de distintas partes de la Península, e incluso del Senegal.

Previa futbolera festiva y optimista. Unos cuanto “potes” antes de bajar al Sadar, afinar las gargantas al máximo y saborear el gran partidazo de los rojillos, sacando media pierna del descenso y hundiendo a los onubenses en el ostracismo de Segunda.

Pero hablando de Segundas, y esperemos que por poco tiempo, el Runa pirenaico iniciaba su singladura en los locales de Auzoenea, visitados esta vez por las huestes sanjuaneras. La media Elo de nuestro equipo se cifraba en 1.817 puntos, tras la caída de la convocatoria de los máximos baluartes, eso sí, por decisión técnica. Por el contrario, la alineación de San Juan promediaba 1250 puntos, pero con los tres primeros tableros de postín y una media de 1666.

Iñaki Barbería-Daniel Pérez. Lucha encarnizada en el primer tablero, con una posición de enroques opuestos. Marea de peones en ambos flancos, con iniciativa de Iñaki que llegó a romper la muralla del rival. Al filo del primer control consiguió ganar un peón, pero Pérez, de manera tenaz y práctica, contrarrestó su déficit de material firmando en última instancia la paz que campea en el marcador. En resumen: Buen intento que no llegó a fraguar.

Mikel Beaumont-Ramón Estévez. Nuestro campeón jugó de manera efectiva y efectista, consiguiendo dos peones de ventaja. Con ambos reyes en el centro del tablero, y tras la movilización de las torres de Beaumont, Ramón tuvo que entregar un peón para conseguir también la inclusión de su torre de rey en el juego. Después de aminorar el contrajuego del blanco, nuestro as desarboló la posición enemiga que no tuvo otra opción que rendir. En resumen: Partida larga pero bastante controlada.

Félix Juanco-Fco. Javier Ayerra. Dura batalla para obtener el punto en litigio. Ayerra planteó una defensa muy en boga en el más alto nivel, que consiguió equilibrar la contienda en las primeras fases de la misma. A pesar de todo, Félix consolidó una mínima ventaja basada en la estructura de peones que quedó sobre el tablero. Luego de muchos dimes y diretes, y con un final de torre y cinco peones por bando, el blanco ganó uno de los amigos de Philidor con el que finalmente decidió la partida, en fino estilo, sobre la caída de la bandera. En resumen: Épico resultado que puede valer su peso en oro.

David Martínez-Rubén Marín. La partida más tempranera en finalizar, se basó en un error en la apretura de Martínez que, de manera precisa, aprovechó Rubén para sacar pieza por peón de ventaja. Una vez que el negro se desarrolló, la pelea estuvo en todo momento bajo control, después de que se impidiera el enroque de las blancas. El devenir del juego no hizo más que confirmar el devaneo inicial. En resumen: Puntito a la buchaca sin mayores problemas.

Buen comienzo contra uno de los equipos que se presume con potencial del grupo. Quizás costó un poco más de lo previsto, pero en los tiempos que corren la gente juega y se retuerce de forma impenitente.

Los runeros futboleros ahogaron en cerveza la derrota de Osasuna en una noche que pintaba alegre y que se tornó etílica sin más. La mayor parte del contingente Runa dio cuenta de unos cuantos pintxos debidamente aderezados con caldos diversos.