A falta de competición en Preferente y Primera, la mayoría de ajedrecistas de Navarra pudieron disfrutar de una magnífica tarde primaveral.
En esta ocasión los “ruinosos” jugábamos en Burlada, en un pequeño pero acogedor local y con un ambiente tan apacible como el día.
Alineación de lujo en ambos Equipos en los que jugaron sus cuatro primeros tableros.
Primeras escaramuzas, en la primera mesa Santiago ganó un peón y yo otro tras un sacrifico de alfil en h6 que García rehusó, debido a las grandes complicaciones que acarreaba; las otras partidas habían comenzado con una fuerza inusitada, con posiciones abiertas y violentas amenazas.
Santiago gana otro peón y mi rival me entrega un caballo por el peón de e5 para liberar la posición, la cosa va bien, la posición es buena en la tercera mesa en la que Alfredo, con un caballo en cada flanco amenaza un poco de todo, mientras que Jose pone los pelos de punta con una fe mas que justificada en su ataque.
Jose termina pronto y se va, yo solo pude ver la posición final con una bonita combinación rematada con una horquilla de caballo a los monarcas negros, y aunque copié la planilla para reproducir luego la partida no lo pude hacer ya que estaba llena de incorrecciones, así pues, otra joya que desaparece en el olvido.
Alfredo seguía metiendo presión y se mantenía impávido con el rey y la dama en la misma columna abierta, como si de dos torres estuviéramos hablando, David aguanta muy bien y ya se perciben chances de contraataque si sale de esta, los apuros de tiempo del “ruinoso” le pueden ayudar..
Santiago pierde terreno, lo recupera y lo vuelve a perder, mi partida está ganada pero tengo que vigilar de reojo algún posible chiste, en la tercera mesa el ataque negro se está diluyendo.
Yo paso al ataque y acabo con las amenazas de mi rival que termina, además, equivocandose. Dos para el Runa, bien, bien…, siguiendo los paso de Jose, yo también me voy a un “recadico”, dejo a Santiago en una posición de dificil control, con una torre y peones pasados para los dos jugadores.
A mi vuelta Gari había ofrecido tablas que Santiago aceptó y en la última partida estábamos entrando en un final con opciones de ganar, se había superado el control y éramos optimistas, pero David es un hueso duro de roer y, aunque en algún momento jugo mal y tuvo la partida perdida, Alfredo había elegido ya su plan e iba como ciego y acabó “pasándose de frenada” con el rey que no pudo volver para evitar que el de Mikel Gurea coronase.
Pudo haber sido 0’5-3’5, incluso Osasuna podría haber aguantado los últimos cinco minutos, pero somos el Runa y el Ajedrez es asi, controlamos todas las partidas pero cuando el peón no quiere entrar… ¿El árbitro? – bien, no se hizo notar.
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