Es obvio que las leyes están para cumplirse, pero no dejan de ser líneas maestras para el buen funcionamiento de su objeto. En este caso quiero referirme al Reglamento Electoral de la FNA.
Adelanto que no voy a disertar sobre su contenido. Además no soy jurista, el citado gremio me pone bastante nervioso y pienso que puede ser una de las grandes lacras de la sociedad actual. (¿Alguien vió ayer el reportaje de Callejeros en Cuatro?). Sólo quiero reflexionar sobre la practicidad en casos extremos (¿Puede considerarse extremo lo que ocurrió el jueves?).
Se supone que el mismo se confeccionó con la idea de perfilar una nueva Asamblea General, organo máximo del ajedrez navarro, y facilitar un nuevo equipo rector al frente de la Federación. Si, ya sé, asegurando todas las movidas relativas a la limpieza del proceso, las garantías constitucionales, etc, etc.
Llegados a este punto, y sin entrar en debate sobre los antecedentes que pudieran obrar en este caso, el hecho objetivo es que no se pudo votar. Y creo que no se pudo votar, sencillamente porque se pasaba del tema y que salga el sol por Antequera.
- ¿Se pudo constituir la mesa electoral según lo establecido reglamentariamente? Parece ser que no. Desconozco los entresijos previos para asegurar esta pequeña obligación, pero si era necesario "dirigir" el sorteo de titulares y suplentes, pues se "dirige".
- ¿Se pudo arreglar el desaguisado de otra forma? No se intentó. O al menos así me lo pareció.
- ¿Se podía lidiar el Reglamento sin conculcar los derechos de todo el colectivo? Hace falta un poco de imaginación. Al fin y al cabo bastaba con tres personas nominales que estuvieran al principio y al final. En medio, alguien que velara por la objetividad del proceso.
- ¿En último extremo, y a riesgo de posibles impugnaciones, se pudo pasar por el forro el Reglamento sin conculcar los derechos del colectivo? Pues también. Sólo requería la ayuda de varias personas distintas durante unas cuatro horas.
Estas son cosas... de toda la vida. Así me lo aprendí yo.
3 comentarios:
Venga va, vamos a dirigir el sorteo y vamos a poner a los miembros de la mesa a dedo.
¿Qué hará la mesa electoral cuando llegue fulano de tal a dejar el voto de su club? ¿Pero si no eres el presidente? ¿Pero si no traes el papelito expedido por el secretario con el visto bueno del presidente? (Básicamente porque ni siquiera sabes quien es el presidente de tu club). Bueno, bueno, que todos me conocéis y sabéis que no va a venir nadie más de mi club a votar.
Venga pues que vote. Vale, pues impugno las votaciones (yo no, obviamente el club que quede del 9º para atrás...).
Que sí, que sí, que todos somos muy majos mientras todo salga como esperamos, porque como salga de otra forma...
En cuatro añitos algo he aprendido de esto.
Pd: No es cuestión de estar o no quedamo. Es cuestión de que la gente se entere que la Federación no anda sola, y en vísperas de la entrada de un nuevo equipo directivo, me parece más que interesante que los clubes, los jugadores, los árbitros y los entrenadores reciban un toque de atención, sea en la forma que fuere.
Tomás Sánchez Salazar
Presidente en funciones de la Federación Navarra de Ajedrez.
Hay intermedios.
Es cierto que no puede recurrirse a la chapuza, como alguien dice en otra parte.
Pero sabiendo lo que pone el reglamento electoral (que es una majadería propensa al trapicheo, además) podían haberse hecho otras cosas y de hecho propongo que se hagan.
Proclamar mesa electoral a los tres primeros fulanos que pasen por allí a votar es una idiotez y además es inaplicable, como se vio el jueves. A nadie se le puede obligar a quedarse tres horas (más el recuento) en un sitio en el que contaba con estar cinco minutos. Parece que hay gente que no tiene familia, obligaciones laborales ni otra cosa que hacer, pero no es el caso de la gente normal.
Téngase en cuenta, además, que sabiendo de esta circunstancia cualquiera podría planear convencer a los miembros de la mesa para que falten y estar a primera hora con tres secuaces esperando en la puerta, con el único objeto de poder manipular las elecciones a su antojo.
Así pues, no vendría nada mal que a modo de controladores (y mesa si se repite el esperpento) hubiera una persona de cada parte -no creo que a estas alturas haga falta explicar nada- y alguien ajeno al lodazal este que se ha montado.
Y si los controladores se relevan, que se releven. Por mi parte, aunque sean mesa. Si todos están representados nadie va a poder hacer chapuzas y nadie va a tener ningún motivo para impugnar nada.
Vuelvo a agradecer tu participación, Tomás.
Yo lo que quería decir en esta entrada es que se podía haber intentado poner soluciones, lejos de amañar nada.
En cualquier caso "los males previstos resultan menores" (Seneca)
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