Cómo y cuándo dirigirnos a nuestro rival o al árbitro.
La ubicación de las piezas.
En algunas ocasiones ocurre que las piezas se colocan mal y los jugadores no lo advierten inmediatamente, empezando la partida con la posición del rey y la dama intercambiada o con un escaque negro a su derecha.
La situación es menos estúpida de lo que pueda parecer y ocurre con cierta frecuencia. Los tableros y las piezas muchas veces son colocadas con prisas antes de la ronda por “colaboradores forzosos” o fueron colocadas de mala manera por los propios jugadores después de jugar o de analizar. Después, basta con sentarse con cierta prisa o no demasiada atención para tardar unas pocas jugadas en advertir la situación.
Reconozco que me ocurrió en cierta ocasión, allá por el medioevo más o menos, en un torneo de primavera de cuando las competiciones de Navarra se jugaban en el Oscus: sábado a la tarde, después de comer, yo llegaba un poco tarde y con más cuerpo de siesta que de ajedrez. Y mira que yo notaba desde el principio “algo raro”…
Estas situaciones en las que debe requerirse la intervención del árbitro justifican que el jugador reclamante pare los relojes para solicitar su presencia o, incluso estando ya presente, formular una reclamación.
Este proceder encuentra amparo en el artículo 6.13 de las Leyes del Ajedrez, pero debe tenerse en cuenta que no puede pararse alegremente el dispositivo de control de tiempo sin un motivo que lo justifique, sino sólo en los casos que las Leyes indican que puede hacerse para reclamar y que iremos desgranando.
En el caso de que un jugador parase los relojes sin motivo que lo justifique, el árbitro podría llegar a sancionarlo:
Leyes del Ajedrez. Artículo 6.13
a. Si la partida debe ser interrumpida, el árbitro detendrá los relojes.
b. Un jugador puede detener los relojes sólo para solicitar la asistencia del árbitro,
por ejemplo cuando se ha producido una promoción y no está disponible la pieza requerida.
c. En cualquier caso, el árbitro decidirá cuándo se va a reanudar la partida.
d. Si un jugador detiene los relojes para solicitar la asistencia del árbitro, éste determinará si el jugador tenía una razón válida para hacerlo. Si resulta obvio que el jugador no tenía una razón válida para detener los relojes, el jugador será sancionado conforme al Artículo 13.4.
El artículo 7 de las Leyes del Ajedrez explica muy claramente cuál debe ser el proceder del árbitro cuanto tiene lugar una reclamación en estas circunstancias:
Leyes del Ajedrez. Artículo 7: Irregularidades
7.1.
a. Si en el curso de una partida se comprueba que la posición inicial de las piezas era incorrecta, la partida será anulada y se jugará una nueva.
b. Si en el curso de una partida se comprueba que el único error ha sido que el tablero no se colocó de acuerdo con el Articulo 2.1 (El tablero se coloca entre los jugadores de tal forma que la casilla de la esquina derecha más cercana a cada jugador sea blanca), la partida continuará pero la posición deberá transferirse a un tablero colocado correctamente.
Aún así, existe un error frecuente que habitualmente se subsana sobre la marcha por los propios jugadores sin intervención del árbitro: el intercambio de las posiciones del rey y la dama. Advirtiéndose en las primeras jugadas, sin ninguna circunstancia que justifique otra cosa y resultando evidente que los dos jugadores han hecho sus primeros movimientos asumiendo la disposición correcta, que simplemente no han reparado en la que había realmente por descuido y el parecido de las figuras, lo más cabal es corregir esta circunstancia y continuar normalmente con la disputa de la partida.
7.2 Si una partida ha comenzado con los colores invertidos, la misma continuará salvo que el árbitro decida otra cosa.
Habitualmente, en torneos disputados por sistema suizo de emparejamiento, simplemente se deja continuar la partida y posteriormente se corrigen los colores con los que se ha disputado el encuentro en las fichas de emparejamiento o en el programa que se esté utilizando.
La situación no es exactamente igual cuando la partida se disputa en las modalidades de ajedrez rápido (lo que frecuentemente suele llamarse “activo”, no confundir con las “rápidas”, que es como solemos llamar al blitz) o relámpago (ajedrez relámpago y blitz son las denominaciones correctas de las “rápidas”).
En el caso del ajedrez rápido, no pueden hacerse reclamaciones sobre la ubicación de las piezas y el tablero cuando los dos jugadores han realizado sus tres primeras jugadas. Si esto supone que el rey y la dama quedan con sus posiciones originales intercambiadas, ese jugador no podrá enrocarse.
Para el ajedrez relámpago no hay disposiciones adicionales sobre esta cuestión, luego las reglas son las mismas que para el ajedrez rápido.
B Ajedrez Rápido
B1 Una “partida de Ajedrez Rápido” es aquella en la que todas las jugadas deben efectuarse en un tiempo fijo de 15 a 60 minutos para cada jugador; o cuando el resultado de la suma del tiempo asignado más el incremento por jugada multiplicado por 60 está incluido entre 15 y 60 minutos.
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B4 Una vez completadas tres jugadas por cada jugador, no pueden hacerse reclamaciones relativas a una incorrecta ubicación de las piezas, la colocación del tablero o los tiempos que figuran en los relojes.
En caso de emplazamiento cambiado de rey y dama, no se permite el enroque con ese rey.
C Ajedrez Relámpago
C1 Una “partida de Ajedrez Relámpago” es aquella en la que todas las jugadas deben efectuarse en un tiempo fijo menor a 15 minutos para cada jugador; o cuando el resultado de la suma del tiempo asignado más el incremento por jugada multiplicado por 60 sea menor de 15 minutos.
C2 El juego se regirá por las Leyes del Ajedrez Rápido, como en el Apéndice B, excepto en lo que quede anulado por las siguientes reglas de Ajedrez Relámpago.
Usted juega
En cambio, si eres amante de los “métodos tradicionales”, siempre puedes recurrir a espetarle a tu rival algo así como “eh, tú, gilipollas, ¿es que no sabes ni poner las piezas en su sitio?”. A ser posible en voz alta.
Esta actitud te distinguirá notablemente entre los demás jugadores… especialmente si terminas perdiendo la partida, lo que sin duda vendrá acompañado de unas cuantas sonoras carcajadas.
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