Se mascó la tragedia en El Palecete del Parque Uranga, al menos en las mesas que nos recibieron en un local amplio, con excelente iluminación, rezumando a nuevo. Así da gusto, pero no fue suficiente. Se nos atrgantó tanta comodidad (salvo los baños que estaban el piso de abjao, y algún pero había que sacar). Y es que no estamos acostumbrados, diremos.
Los roscos fueron cayendo paulatinamente, según avanzaba la tarde. En tandas, a veces, pero siempre del mismo color. Como si de un maldito "4 en raya" se tratara. Y nosotros sin colocar ficha hasta las postrimerías del encuentro. ¡¡Y sólo media nos dejaron!! ¡¡Y más vale!!
El flamante último fichaje, venido de tierras levantinas a reforzar la escuadra, se portó como un campeón. Fredi meneó las blancas frente a Sergio Anguas. Partida con alternativas que se tradujo en un final totalmente desequilibrado en lo material, pero absolutamente compensado en lo espiritual. Todo gracias a que los infantes níveos se colocaron próximos al vestidor de damas. Medio punto que fue celebrado por todo lo alto con las consiguientes cervecitas en la terraza del jardín, hasta que la lluvia se encargó de devolvernos a la realidad.
Pasado el infierno alpino, restan 3 rondas algo más tranquilas sobre el papel, pero en las que deberemos batirnos el cobre de todas formas. Así que tocaremos a rebato y como siempre RUNA AURRERA!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario